Entradilla
Una web WordPress no se hackea de un día para otro. Normalmente es la suma de pequeños descuidos que, juntos, abren la puerta a atacantes. Lo peor es que muchos de estos errores son habituales y fáciles de evitar si los conoces. En este artículo repasaremos los 7 errores más comunes que ponen en riesgo una web y qué puedes hacer hoy mismo para solucionarlos.
TL;DR — Los errores más frecuentes
Contrasñas débiles y usuarios sin control
Plugins y temas obsoletos o abandonados
No tener copias de seguridad fiables
Ignorar las actualizaciones de WordPress y PHP
Formularios sin ninguna medida anti-spam o validación
Hosting inseguro o mal configurado
Pensar que “a mí no me pasará” y no monitorizar la web
1. Contraseñas débiles y usuarios sin control
Uno de los ataques más sencillos que aún funciona es el brute force: probar combinaciones hasta acertar una contraseña. Si tu usuario es “admin” y la clave es “123456”, no hacen falta hackers rusos: cualquier script automático lo rompe en minutos.
Qué hacer:
- Olvídate de “admin” como nombre de usuario
- Contraseñas largas y únicas (gestor de contraseñas)
- Activa la autenticación en dos pasos (2FA)
- Revisa la lista de usuarios: elimina editores o colaboradores antiguos
Caso real: un cliente mantenía accesos abiertos de proveedores antiguos. Uno de ellos había sido hackeado y el atacante aprovechó su usuario. Con 2FA y limpieza de usuarios, problema resuelto.
2. Plugins y temas obsoletos o abandonados
Cada plugin es una puerta a tu WordPress. Si el desarrollador deja de actualizarlo, se convierte en un agujero abierto.
Qué hacer:
- Mantén solo los plugins necesarios
- Antes de instalar uno, revisa cuándo se actualizó por última vez
- Elimina temas que no uses (deja solo el principal y un “default” de WordPress)
Ejemplo práctico: un plugin de galería obsoleto dejó al descubierto más de 200.000 webs en 2021. El simple hecho de haberlo eliminado a tiempo habría evitado la vulnerabilidad.
3. No tener copias de seguridad fiables
La seguridad absoluta no existe. Puedes hacerlo todo bien y que, por una vulnerabilidad desconocida, entren a tu web. Sin copias, el desastre es total.
Qué hacer:
- Copias automáticas cada día o semanales según el volumen de cambios
- Guárdalas fuera del servidor principal (Google Drive, Dropbox, S3…)
- Prueba una restauración cada 2–3 meses
Idea clave: una copia que no se ha probado es como un paraguas roto: piensas que te salvará, pero el día que llueve te mojarás igual.
4. Ignorar las actualizaciones de WordPress y PHP
Muchos ataques se basan en vulnerabilidades ya conocidas y corregidas. Si no actualizas, es como dejar la puerta abierta de par en par.
Qué hacer:
- WordPress: siempre en la última versión estable
- Plugins y temas: actualizados semanalmente
- PHP: evita versiones antiguas (7.3 y anteriores ya no tienen soporte)
Caso habitual: he visto webs que todavía funcionan con WordPress 4.x. Además de ser lentas, son un caramelo para los atacantes.
5. Formularios sin ninguna medida anti-spam o validación
Un formulario sin protección puede ser la puerta de entrada a spam masivo o, peor aún, a inyecciones de código.
Qué hacer:
- Activa reCAPTCHA v3 o similar
- Asegúrate de que los campos validan correctamente el contenido
- Guarda los datos en entornos seguros (no en texto plano por correo)
Extra: muchos ataques empiezan con un formulario sencillo de contacto. Son pruebas para ver si hay agujeros.
6. Hosting inseguro o mal configurado
Un buen hosting es más de la mitad de la seguridad. Servidores anticuados, sin firewall ni actualizaciones, dejan expuestas vulnerabilidades críticas.
Qué hacer:
- Elige un hosting con SSL gratuito, firewall y actualizaciones constantes
- Activa siempre el https y fuerza redirecciones
- Revisa la política de copias del proveedor: muchos solo guardan 1 o 2 días, insuficiente
Consejo práctico: si tu hosting no ofrece al menos SSL y copias externas, es momento de cambiar.
7. Pensar que “a mí no me pasará”
Este es el error más peligroso: la inacción. Muchas webs no aplican medidas básicas por la falsa sensación de que “nadie me conoce, no soy un banco”.
La realidad: los ataques suelen ser automatizados, no personales. Los bots escanean millones de webs buscando fallos conocidos. Si la tuya cae en la lista, puede tocarte.
Qué hacer:
- Implementa monitorización de uptime y alertas de seguridad
- Recibe informes mensuales del estado de WordPress
- Piensa que la seguridad es un proceso, no una acción puntual
Errores más comunes en resumen
- Contraseñas simples o compartidas
- Plugins y temas caducados
- No tener copias probadas
- Versiones antiguas de WordPress y PHP
- Formularios abiertos sin protección
- Hosting sin garantías básicas
- Pensar que el riesgo es nulo
Puntos clave
Evitar un hackeo no depende de grandes inversiones, sino de no caer en los 7 errores más comunes. Con contraseñas fuertes, actualizaciones regulares, copias fiables y un hosting seguro, reduces más del 90% de los riesgos. Y si quieres estar tranquilo del todo, deja que un servicio de mantenimiento especializado cuide de tu web.